Noche de Leyendas Medievales

Fernando III, el Rey Santo, el Rey que conquistó Sevilla en 1248, no estaba destinado por herencia a ser rey, una serie de extrañas carambolas y juegos de diplomacia le catapultaron a dirigir las huestes de Castilla y León que a la postre expulsarían de casi toda la península a los ejércitos árabes.

Una vez conquistada Sevilla, para lo cual tuvo al inestimable ayuda de un burgalés «sabedor de las cosas del mar» y de carpinteros cántabros; por ello la Torre del Oro luce en el escudo de varias ciudades españolas, mientras no se representa en el escudo de Sevilla, Fernando decidió que la nueva corte residiese en el Alcázar, anteriormente vivienda de los gobernantes árabes.

Fernando III tomó Sevilla como su ciudad, aposentó la corte en nuestra ciudad y luego su hijo Alfonso X continuó gobernando España desde aquí, al igual que muchos de sus descendientes, entre ellos el mítico Pedro I.

Todos legaron a Sevilla conventos e iglesias, palacios, leyes, organización territorial y mil y una historias y leyendas; en Sevilla murió un rey santo; en Sevilla vivieron su amor un infante y una reina viuda; en Sevilla se escondió un rey que dió a Sevilla el anagrama de su escudo; en Sevilla gobernó un rey del cual aún seguimos dudando si era justo o pendenciero; en Sevilla un rey acoso a damas nobles y creo un palacio para su amante…